Corría el año 2001 y era la época que el boom del senderismo eclosionaba por todas partes. Córdoba y nuestra sierra no iba a ser menos. Un grupo de compañeros de trabajo (en este caso Ayuntamiento de Córdoba) empezamos a organizarnos y a salir por nuestra sierra y alrededores.
El ambiente que se generó, fuera de los muros de nuestro centro de trabajo, llevó a forjar una amistad, compañerismo e ilusión, que deseábamos que llegase la próxima quedada para disfrutar el día haciendo lo que a todos y todas nos gustaba, el senderismo.
Ibamos comprobando como en cada ocasión que salíamos, se sumaba más gente y que el grupo iba creciendo y que los retos y proyectos que se abordaban mientras andábamos o tomábamos un refrigerio, eran cada vez más ambiciosos y el proyecto de consolidarnos como grupo senderista empezaba a tener cada vez más fuerza. Fué en esos inicios cuando empezamos la casa por los cimientos: buscarnos nombre, logo y nuestras bases y normas para funcionar como grupo de “amigos”.
Grupo Senderista Ponte las Botas fué el nombre que se nos ocurrió entre bromas y anécdotas, y ahí quedó. La verdad es que fué curiosa la decisión y el logo que buscamos, cuando apenas había recursos informáticos para la creación de logos: éste quedó, y que perdure por mucho tiempo. Ha habido intentos de despedir al bichaco de la mochila, pero éste tipo ya es parte de nuestra historia.
Fueron pasando los meses y las rutas cada vez eran más espectaculares, y nuestra más cercana sierra, se fué quedando pequeña. Comenzaron las primeras salidas por las cercanías y aunque al principio nos movíamos en nuestros coches, no era impedimento para ir un nutrido grupo de participantes. El grupo crecía, gente que llegaba y permanecía y otros que se probaban y ya no pasaban más por el grupo. Cosa lógica en todos los colectivos. En aquellos principios, teníamos un equipo de ruteros que se conocían la sierra como su propia casa, por lo que la tranquilidad con la que íbamos todos/as era para disfrutar de la naturaleza y del buen ambiente. Ahora viendo las fotos, se comprueba como hace veinte años, el campo y los arroyos eran otra cosa. El ciclo de sequías que han ido haciéndose más habituales, han hecho que sea un milagro ver agua correr por nuestras sierras.
Que buenos momentos y lo que hemos disfrutado en nuestras salidas.
Enhorabuena y seguid disfrutando.
Pues sí Manolo, y tú lo sabes de primera línea, ya que has estado muchos años en el grupo activamente. Un abrazo.